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Con la tercera fase de nuestro taller, despertamos el liderazgo y seguridad de las y los estudiantes que se preparan para convertirse en agentes de cambio.

 

Recientemente te hablamos de las primeras fases de nuestro taller dirigido a adolescentes de secundaria: “Súmate por la Paz” y “Actívate”; hoy te hablaremos de la tercera y última fase: “Empodérate”, con la que los participantes adquieren herramientas y seguridad para hablar de construcción de entornos pacíficos, convivencia sana y principalmente para generar y proponer nuevas ideas, y hacer que se escuchen.

Alexia Rodríguez Hernández es una de nuestras coordinadoras operativas. Participa en las tres fases del taller Súmate por la paz, en las que, señala, el objetivo es informarlos acerca de la paz directa e indirecta, impulsar su creatividad y apoyarlos para su empoderamiento y liderazgo para la construcción de paz.

“Creo que es un cambio drástico el que dan los chicos. Al llegar al primer taller son tímidos, un poco temerosos, y al concluir se muestran más participativos, con motivación para participar. Estamos sembrando una semilla en los corazones de esos niños para poder generar un cambio positivo en ellos”, comenta.

 

Tercera fase "Empodétate"

En la tercera fase, como su nombre lo indica, las y los adolescentes proponen actividades positivas y desean contribuir en su escuela, en el ámbito comunitario, en sus hogares.

“Creo que traer este tipo de proyectos a las escuelas, fomenta mucha participación en ellos. Sabemos que son muy creativos, tienen el espíritu de salir adelante, solo es necesario impulsarlos porque de manera natural tienen ese interés de hacer algo, pero como adultos a veces los limitamos. Ellos necesitan que se impulse su liderazgo e identidad para que tengan la libertad de saber qué es lo que quieren ser y hacer en el futuro. Creo que es importante traer este taller a las escuelas porque permite explotar sus ideas”.

 

Un liderazgo que inició como brigadista

Anteriormente, Alexia formó parte de nuestro grupo de brigadistas, es decir, estudiantes universitarios que realizan su servicio social con nosotros, motivados por el interés de contribuir para generar un cambio positivo en las nuevas generaciones. Ahora, como coordinadora operativa, convoca a otros jóvenes a integrarse a este proyecto.

 

“Fui brigadista. Creo que es una gran área de oportunidad para explotar habilidades que tenemos, de llegar a las escuelas y tener ese contacto y forma de mantener un cambio en la sociedad. Los universitarios que se integran como brigadistas, se muestran entusiasmados de sembrar una semilla en el corazón de estos adolescentes. Los ven interesados y platican con ellos; se genera una conexión entre ambos, que acompañamos los coordinadores. Esta relación ocurre desde el primer instante, esto es gratificante”.

 

“Invito a los jóvenes universitarios a que se sumen a este proyecto, que sean parte de esto que queremos construir en las escuelas”, convoca.

 

“El programa me permite conectar con la adolescente que fui”

Ileana Valdez también es coordinadora operativa de SUMA. Participa en las charlas que se imparten durante las tres fases a las y los estudiantes de secundaria. Señala que esta experiencia le ha permitido conectar con el pasado.

 

“Resulta muy gratificante para mí estar presente en las fases de los talleres porque siento que conecto con la adolescente que fui, y me gusta retroceder a quien fui en ese momento, y me gusta sembrarles esa semillita para que ellos vivan esa misma experiencia”, explica.

 

Los talleres, añade, impactan de gran manera en las y los jóvenes a quienes van dirigidos.

“Son pláticas de aproximadamente un módulo en las que les explicamos las prácticas positivas que pueden realizar para construir paz, tomando la iniciativa, ejerciendo su liderazgo y empoderamiento juvenil, y que así se sientan seguros de sí mismos. Al principio, tal vez por temor a ser víctimas de bullying, suelen ser muy cohibidos, a no expresarse libremente sobre lo que les incomoda, y después se muestran más seguros y alzan la voz”.