Te presentamos a Alexia Rodríguez, quien llegó a esta organización como brigadista de Servicio Social y debido a su esfuerzo y entusiasmo hoy nos acompaña como coordinadora operativa ¡Conoce su historia!
Conoce su historia
Alexia Rodríguez Hernández llegó a SUMA en 2021 como brigadista. Prestó su servicio social mientras cursaba la licenciatura en Trabajo Social en la UAS. Lo hizo en medio de la tercera etapa de la pandemia, cuando sus clases y las de las y los adolescentes a quienes ofrecía charlas, se encontraban en confinamiento. El reto era alto, pues no solo debía obtener la atención de estudiantes de secundaria a través de una pantalla de celular o un monitor, debía sensibilizarlos en el tema de construcción de paz. Parecía difícil, pero lo logró.
La entonces estudiante universitaria combinaba sus horas de clase y estudio de la licenciatura, con las charlas que impartía vía Zoom o Google Meet a las y los adolescentes de secundaria a través del programa “Súmate por la Paz”. Aunque parecía muchas horas frente a la computadora, su entusiasmo y motivación por hablar de paz positiva a adolescentes la llevaban a solicitar grupos en horario vespertino, por lo que dedicaba jornadas completas al taller de los jóvenes.
¿Qué te motivó a dedicar tanto tiempo a los talleres de Súmate por la Paz?
Daba estas charlas a los chicos, muchos de ellos en riesgo de comportamientos como el bullying, las burlas, adicciones y narcotráfico. Entonces, y ahora, llegar a las escuelas me hace sentir que colaboro mucho con SUMA en esta gran labor de llegar a las y los adolescentes para que el día de mañana sean quienes construyan un futuro positivo en México y en el planeta. Gracias a SUMA siento que impacto positivamente en las nuevas generaciones.
Como brigadista comprometida con su labor, la estudiante sentía limitado su trabajo por no tener un contacto directo con las y los jóvenes.
“Yo quería tener un contacto de manera directa, poder platicar con ellos de viva voz, que me escucharan y observaran cómo se esfuerza un brigadista para hablarles de construcción de paz, y que en un futuro ellos pueden estar en ese lugar”, comenta.
Alexia vio cómo algunos alumnos comenzaron a ausentarse de las aulas virtuales a falta de acceso a Internet y de celulares, tabletas o computadora en casa; más tarde observó también cómo esos jóvenes desertaban de la secundaria. De manera que encontraba estas limitantes como factores desfavorables para el mensaje de paz en esos jóvenes.
“Creo que ese fue un factor desfavorable para ellos, y también para nosotros que queríamos llevar ese mensaje de paz positiva, de que sí se puede”, comenta.
Sin embargo, la meta que se fijaban los brigadistas era de llegar a la mayor cantidad de jóvenes posibles y no solo eso, sino lograr su participación, una interacción en la que opinaran, dijeran todo lo que pensaban.
“Creo que, dentro de mi formación, logré dejar una semilla porque dentro de las salas, mientras daba estas charlas, participaban los alumnos. Quienes entraban, opinaban, daban a conocer sus puntos de vista”.
“Fue una crisis. Todos enfrentamos situaciones económicas, sociales; a algunos más que a otros, pero veo a algunos jóvenes que vivieron todo esto y aun así concluyeron sus estudios; eso es lo que me satisface, haber podido contribuir como brigadista en esa etapa”, dijo.
Nuestra coordinadora operativa
Debido al gran entusiasmo que demostró durante todo ese periodo y al egresar de su carrera universitaria, Alexia Rodríguez se incorporó como coordinadora Operativa del taller Súmate por la Paz, con el que ahora se encarga del control y seguimiento de las y los jóvenes universitarios brigadistas, que, como hizo ella, desarrollan y llevan las charlas sobre construcción de paz a adolescentes.
Ahora, Alexia convoca a estudiantes de los últimos grados universitarios a realizar su servicio social con SUMA, pues considera que todos, en cualquiera que sea la vocación, pueden aportar a la construcción de paz en las y los jóvenes.
“Creo que SUMA se ajusta muy bien a todas las áreas, pueden dejar sus conocimientos e impactar en los corazones de las y los adolescentes que los necesitan. Es una buena institución para realizar tu servicio social. Acérquense, pueden aprender mucho”, expresa.