En la pared lateral del Banco de Alimentos de Culiacán florece una imagen sencilla pero poderosa: cuatro manos que cargan una planta, símbolo de la solidaridad entre quienes dan y quienes reciben.
La obra, creada por el artista visual Doctor Feis junto con Vamos Pintando y Suma Sociedad Unida I.A.P., busca transmitir un mensaje inmediato a las personas que llegan cada día en busca de apoyo.
“El mural representa la ayuda, el trabajo en equipo y la solidaridad. La semilla son las ideas que sembramos como artistas, y la gente las hace florecer”, explicó el creador.
Quienes esperan su turno frente al Banco de Alimentos reconocen en la pintura un llamado a la unidad.
“Yo lo que veo es que son como dos manitas que están uniendo a todo el pueblo y pienso que es para que convivamos aquí cuando venimos por comida”, comentó Marisela, una de las beneficiarias.
Don Jesús, otro usuario frecuente, dice que la obra significa un espacio de encuentro y conversación entre vecinos.
Para Iván Velázquez, director de SUMA Sociedad Unida I.A.P., el mural es una forma de reconocer la labor del Banco de Alimentos y de fortalecer el tejido comunitario.
“La labor del banco es también construcción de paz: acercar alimentos a quienes más lo necesitan y generar armonía en la comunidad”, mencionó.
En el mismo sentido, Daniel Tapia, director del Banco de Alimentos de Culiacán, subraya que el mural nació como una necesidad de mandar un mensaje de confianza en medio de contextos difíciles.
“Queríamos decirle a la gente que nuestra chamba es ayudar, que no somos riesgo para nadie. Doctor Feis plasmó esa idea de solidaridad y creemos que comunica perfectamente lo que somos”.
Aunque el trabajo tomó varias sesiones, la intención siempre fue mantener un lenguaje claro y accesible para quienes pasan por el lugar.
“El mensaje tenía que ser inmediato, casi como una niña abrazando un corazón”, explicó el artista Doctor Feis.
Las manos que cargan la semilla que crece acompaña a las familias que hacen fila por alimentos, recordándoles que la solidaridad no es un acto aislado, sino una semilla que crece con cada gesto comunitario.
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