Nuestras niñas, niños, adolescentes y jóvenes tienen derecho a recibir educación, pero además se trata del motor más poderoso y probado para garantizar el desarrollo sostenible de un país.
Las y los niños, adolescentes y jóvenes tienen derecho a una educación de calidad e incluyente. Cada vez que un niño o niña accede a la educación se vencen barreras para la construcción de una generación con mayores herramientas para el pensamiento y criterio propios. Cuando las personas acceden a una educación de calidad, además, pueden escapar del ciclo de pobreza.
Es decir, la educación contribuye a reducir las desigualdades, a lograr la igualdad de género y empoderar a las personas de todo el mundo para que lleven una vida más saludable y sostenible. La educación es, además, fundamental para fomentar la tolerancia entre las personas y contribuye a crear sociedades más pacíficas.
Por lo anterior, y por que además la educación garantiza el desarrollo sostenible de un país, este es uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) adoptados por la Organización de las Naciones Unidas en 2015, y cuya meta es equilibrar la sostenibilidad social y acabar con la pobreza, el hambre y la discriminación contra mujeres y niñas.
Se trata de un llamado universal que realiza la ONU como una medida para erradicar la pobreza, proteger el medio ambiente y con ello garantizar que el cumplimiento de la agenda hacia el 2030. Se refiere a la creatividad, el conocimiento, la tecnología y los recursos financieros de toda la sociedad como necesisarios para alcanzar los ODS en todos los contextos.
A nivel mundial, el 91 por ciento de las niñas y niños en edad de cursar la educación primaria se matricularon a ese nivel educativo en países en desarrollo. Sin embargo, 57 millones de niños en edad de cursar este grado permanecen fuera de la escuela. De ellos, 1 de cada 4 son niñas.
La ONU indica que se trata de 103 millones de jóvenes en el mundo que carecen de habilidades básicas de alfabetización. Más del 60 por ciento de ellos son mujeres. En el mundo, 6 de cada 10 niños y adolescentes no están comprendiendo lo que leen, ni entienden de matemáticas.