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La barda perimetral de la secundaria Obrera Campesina, en Culiacán, se transformó en una galería de arte que integra siete murales con mensajes de paz y de identidad; se trata del proyecto “Vamos Pintando”.


“Nunca había pintado nada, había hecho algunos dibujos en mis libretas, pero nunca había tenido la oportunidad de sentirme un artista y exponer una obra para que toda la gente la viera. (…) Me gustaría ser artista como el Taqhero, y como todos los que hacen murales”, dijo Misael, alumno de primer año en la secundaria Obrero Campesina, donde recientemente se inauguró una galería por parte de seis artistas locales.


 

Se trata del proyecto “Vamos Pintando”, con el que desde la sociedad civil organizada se promueve la cultura, los valores y la sana convivencia a través del arte, al considerarlo una herramienta fundamental para mejorar la calidad de vida de las personas y que, además, abona a la construcción del tejido social.


 

La barda perimetral de la secundaria Obrero Campesina, transformada ahora en una galería de arte, muestra el talento de los artistas: Gustavo Leal, Cristian Vaca, “Doctor Feis”; Jesús Adán Cruz Pérez, “Denser”, Emanuel Gutiérrez, “2 de Buche”, “Bloke”, y Jesús Daniel Sarabia, “El Taqhero”; así como de las y los adolescentes, integrantes del programa Líderes de Paz, de SUMA, quienes colaboraron con este último muralista.


 

Iván Velázquez, director de SUMA, Sociedad Unida, recuerda que en algunas escuelas de Culiacán y en sindicaturas de Navolato se han plasmado murales, sin embargo, comenta que esta es la primera galería por la paz que se realiza en la capital del estado.

 

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“Más allá del mural, esta galería transmite mensajes de paz, por ello quiero reconocer a las y los adolescentes que formaron parte también de la realización de estos murales y, claro, a los artistas que a través de esa experiencia, su toque y talento, promueven mensajes de paz, armonía y sana convivencia”, dijo.


 

Durante la inauguración de la galería, el director del turno vespertino de esta secundaria, José Aristeo Zavala, habló de lo que significan estas obras para la comunidad educativa.


 

“Aquí se representa a la juventud en lo popular. Hoy vemos que, en cien metros de la barda de la escuela se representa nuestra historia, y no solamente el sentir de las niñas y niños, sino de toda la comunidad”, comentó.

 

 

“Quiero ser artista como ellos”.

Misael Quiñones tiene 12 años y cursa el primer grado en esta secundaria que recientemente inauguró la galería de arte. Participó con uno de los artistas convocados, quien explicó a detalle las diferentes técnicas para la elaboración del mural, lo que inspiró al estudiante hacia el futuro.


 

“Realizando este mural conviví con mis compañeros y me enseñé a pintar. A mí me tocó la parte donde hay algunos animales. Me sentí muy orgulloso de formar parte de esta obra. Me gustaría ser artista como ellos, como ‘El Taqhero’, que fue muy paciente enseñándonos a hacer todo esto. Nos explicaba con mucha paciencia”.

 

“Me gustaría volver a pintar, ser artista también y plasmar muchos murales”, dijo. 


 

 

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Apoyar los deseos artísticos de las y los adolescentes: El Taqhero.

Esta galería integra dos murales del artista Jesús Daniel Sarabia, “El Taqhero”, en las que participaron alumnos del turno matutino y del turno vespertino. Los estudiantes no solo aportaron esfuerzo y trazos en la pared, sino que cada uno colaboró con ideas y diferentes elementos para representar la paz.


Ambos murales enmarcan una de las puertas de la escuela Obrero Campesina. Todo comenzó, recuerda el muralista, con la conversación con las y los alumnos, al principio a manera de juego por parte de los jóvenes, pero con el paso de las horas la lluvia de ideas se transformó en bocetos.


 

“Ellos querían que los murales mostraran animales, mucha naturaleza. Esta obra, a diferencia de otros murales en los que he participado, creo que se destaca de la convivencia con los chicos. Inicia para ellos como jugando, pero conforme pasan las horas vi un proceso de mejoramiento”. 

 

  • Algunos alumnos comentan que desean ser artistas como tú…

 

“Sí, cada artista anda en su propio rollo, metido en su trabajo, y permitir que participen los alumnos, lo enriquece. Lo que más me impacta personalmente es ver que muchos chicos a su edad hemos tenido el deseo de hacer arte, a mí me pasó en su momento, si se me hubiera abierto la puerta en ese momento, no sé qué estaría haciendo ahorita; por eso creo que es muy importante”, expresa.


 

El Taqhero considera que la colaboración con otros colegas es gratificante, sobre todo por el vínculo artístico en beneficio de las colonias y las escuelas.


 

“Es una semilla para las siguientes generaciones”, dijo. 


 

La región y sus contrastes: Gustavo Leal

Gustavo Leal propuso su obra ante el director del plantel y la comunidad docente. Les habló de integrar elementos que reflejen la identidad de la región y también los contrastes; inmediatamente captó su atención y logró entusiasmarlos.


 

“En este mural quise representar un poco de las tradiciones, no solo de Sinaloa, sino también del noroeste de México, por ejemplo, con la Danza del Venado, que es muy característica en Sonora y Obregón; en esa parte del mural represento la parte cálida de la región y en la otra, con una mujer en el agua, los corales y las algas, quise reflejar el contraste entre la zona árida y la húmeda. Tuve mucha libertad de plasmar esta obra, más aún porque les llamó la atención el tema de incorporar la Danza del Venado”. 


 

“Es la segunda vez que trabajo con otros artistas, aunque no trabajamos directamente, me da mucho gusto integrar esta galería con otros muralistas. Creo que hay mucha gente que respeta los murales, creo que muchos grafiteros respetan las bardas cuando ven que se encuentra un mural, un mensaje, además que le da más vista a la escuela”, comentó Gustavo Leal.


 

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“No hay camino hacia la paz, la paz es el camino”.

“Denser” elaboró algunos bocetos, charló con la dirección del plantel y juntos acordaron mucha claridad en el mensaje de paz de su mural. De esa reunión surgió la idea de plasmar la frase de Mahatma Gandhi: “No hay camino hacia la paz, la paz es el camino”


 

El artista tomó inmediatamente sus herramientas de trabajo y comenzó la obra, que concluyó once horas más tarde. Es decir, trabajó de manera ininterrumpida ante la mirada de las y los vecinos y transeúntes, quienes se acercaban a charlar con él, y manifestaban su apoyo con palabras entusiastas y algunas botellas con agua. 


 

“Me parece muy bien que los alumnos también se acerquen a estos proyectos porque creo que ellos se sienten parte del mural, y esto permite también que los protejan ellos mismos y no los rayen. Mientras más apoyen, más artistas se sumarán también”, dijo.